10 de febrero de 2008

Néstor Basterretxea – Operación H




Operación H es un film de experimentación formal (1) que documenta de modo abstracto y constructivista las Empresas Huarte (de ahí su título) del mecenas, coleccionista y fundador de la productora X Films, Juan Huarte Baumont. A partir de una idea del escultor vasco Jorge Oteiza y bajo la producción del navarro Huarte, el escultor, pintor, diseñador y cineasta Néstor Basterretxea dirigió una película, de poco más de once minutos, que dibuja una representación metódica y fidedigna de unos espacios y unas figuras que quedan ensalzadas durante ese mismo proceso de creación. En un principio es un film promocional realizado para publicitar una serie de industrias, pero la naturaleza expresiva de las imágenes y la capacidad rítmica de la relación entre sonido e imagen, lo convierten en una pieza artística comedida, completamente singular dentro del panorama nacional. La fuerza visual del entorno, de la maquinaria y de las piezas que éstas construyen son el leit motiv a partir del cual se elabora un montaje planificado cuyo inquietante resultado viene determinado por la incorporación de una composición sonora de música concreta, producida e interpretada por Luis de Pablo. La puesta a prueba de las posibilidades estéticas de la pieza fílmica viene asegurada por la fotografía de Marcel Hanoun, el montaje y la cesión de esculturas por parte de Jorge Oteiza, los efectos sonoros de Jesús Ocaña y la colaboración en la dirección de Fernando Larruquert (con quien Basterretxea formaría una productora para dar salida a filmes posteriores, más arraigados a la idea del documental etnográfico, como son Pelotari o Ama Lur). Producida durante el año 1963, Operación H es la primera película de una productora con sede en Madrid, nacida a raíz del interés de Oteiza por el cine y el de Huarte por seguir produciendo obras en campos artísticos de lo más variado (escultura, pintura, arquitectura, diseño industrial, música contemporánea, etc.).




Después de la aparición del título, desvelado en sentido inverso, se muestra una pantalla blanca ubicada en una sala vacía de personas pero llena de maquinaria. Se parte del posible cuadro de la proyección para desplazarse hacia la documentación de ese espacio que lo rodea. Bruscas panorámicas y travellings laterales sinuosos descubren la arquitectura, el mobiliario y las herramientas de una fábrica centrada en la producción de piezas metálicas de toda índole. Alternando el blanco y negro con la inclusión de celuloide color de tonos apagados, los operadores iluminan algunas de esas placas, cilindros, tuercas y tornillos valorando la pulcritud de sus superficies sin amagar el carácter escultórico que atesoran. La belleza de las texturas abstractas de algunas esculturas de Jorge Oteiza, filmadas con planos detalle, rivalizan directamente con la funcionalidad de unas herramientas construidas para tener una utilidad específica. Aquí la colocación y la distribución de esas piezas producidas mecánicamente, y en serie, se fotografían como obras artísticas creadas para contemplarse. Introduciendo pequeños elementos que inducen a la animación de esos objetos (algunas piezas caen siguiendo un efecto dominó y otras se van apilando progresivamente a modo de stop motion) Basterretxea va jugando con las particularidades del dispositivo que tiene a su abasto. Los movimientos de cámara, los encuadres picados y contrapicados de difícil ejecución, y la inclusión de planos inesperados y desubicados (como ese en el que tres niños corren hacia la cámara en un campo de trigo (2) o aquel otro en el que un hombre escribe una operación matemática y un círculo en una pizarra) no evitan que se mantenga una linealidad y una continuidad. Una parte más lírica decantada hacia las propiedades poéticas del agua y el fuego sirven como contrapunto -por las notas de piano- a una partitura musical atonal hecha de percusiones incesantes y silencios enigmáticos. La abstracción geométrica de encuadres en movimiento perfila una visión de las empresas que finaliza con arquitecturas, diseños interiores y mobiliarios de tendencia racionalista. Unos exteriores montañosos y un conjunto de imágenes cromáticas desenfocadas dan por acabada una película que no es un documental ni un filme de publicidad, tampoco una ficción ni un cortometraje. Es más bien una obra que investiga las formas visuales y sonoras del cine conjugándolas milimétricamente; una pieza artística cuyo tempo y dinamismo es un continuo diálogo entre el concretismo indefinido de la música y la figuración mecánica y abstracta de las imágenes. Películas como el Ballet Mecánique de Fernand Léger, cuya música es una composición de George Antheil hecha de sonidos capturados del mundo moderno, o los filmes que se realizaron alrededor de las creaciones musicales de los franceses Pierre Scheaffer, Pierre Henry y Bernard Parmegiani, podrían ser un buen punto de partida para realizar comparativas y valoraciones sobre el papel de la música concreta en el cine de vanguardia y el experimental.



(1) “El cine de experimentación formal se había formado en el campo del cortometraje amateur, en diferentes centros geográficos y hacia finales de los años cincuenta y comienzos de la década siguiente, con los trabajos de realizadores como Arcadio Gili, Pedro Luis Pellejero, Pedro Marqueta, Antonio Medina-Bardón y Joaquim Puigvert. Serán sin embargo Catalunya y el País Vasco (con las figuras de Joan Brossa y Jorge Oteiza como catalizadores) los lugares en los que se desarrolle mayoritariamente la tendencia. En este paisaje, y con el precedente de la obra de Néstor Basterretxea –Operación H (1963, a partir de una idea de Oteiza) y el documental Pelotari (1964)-, un grupo de cineastas vascos, casi todos ellos provenientes de las artes plásticas, abre la veta formalista en permanente búsqueda de la abstracción.”
Javier Hernández y Pablo Pérez. Historia del cortometraje español. 26 Festival de Cine de Alcalá de Henares. 1996

(2) "La imagen de los niños corriendo creía que cerraba la película, este último plano lo recordaba yo en color, corrían en un campo de amapolas, ¡precioso!, aparecen en cambio unos planos difuminados que también me gustan pero no recordaba el final así."
Extractos de una conversación con Néstor Basterretxea, 2004 publicados bajo el proyecto Film Ideal.

1 comentario:

  1. hola
    interesante. Lo que tiene la historia es que el pasado es nebuloso. Ninguna certeza de historiador es necesariamente válida...

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